¿Te ha pasado que tu cerebro únicamente se enfoca en el peor escenario o te vienen pensamientos negativos constantemente? Que se repiten una y otra vez y pueden durar días y días pensando solo en lo que pudiera pasar mal o lo que te pasó mal en el futuro.
Muchos de estos pensamientos se conocen como pensamientos irracionales o intrusivos. Algunos pueden ser rumiaciones (compulsiones) que, dependiendo de la persona, pueden convertirse en un círculo vicioso y les cuesta mucho zafarse de ellos. Esto es algo por lo cual muchas personas pueden acudir a consulta psicológica, refiriendo que sus pensamientos les cargan y se puede volver muy difícil para ellos de sobrellevar o manejar. Y es que nuestro cerebro siempre va a estar preparado para autosabotearnos a pensar en lo negativo o en el peor escenario posible. Así es como comúnmente nuestro sistema de pensamientos y creencias suelen trabajar.
Existen varias teorías y respuestas a la pregunta: “¿Por qué mi cerebro solo se centra en lo negativo? El neuropsicólogo Rick Hanson de la Universidad de California indica que la amígdala, (estructura en el lóbulo temporal que regula buena parte de las emociones y motivaciones) usa cerca de dos tercios de neuronas para detectar negatividad y después poder almacenarla rápidamente en la memoria a largo plazo. Es decir, que hay una actividad muy significativa de parte del cerebro para experiencias negativas en nuestra vida. Otra respuesta es, porque nuestro cerebro para garantizar supervivencia ejecuta anticipaciones negativas y a su vez crea un sentido de adaptación. Por otra parte, como seres humanos, no estamos educados desde la niñez a enfocarnos en lo positivo de nosotros mismos, los acontecimientos que nos suceden, las conversaciones positivas, ni a resaltar los pequeños triunfos. Sin llevarlo al límite fantasioso ni escapar de la realidad.
¿Cómo puedo hacer para que mi cerebro se centre en lo positivo?, ¡entrenándolo!, Igual que entrenamos un músculo, podemos entrenar nuestro cerebro con técnicas de neurofeedback, reestructuración cognitiva, reenfoque o cuestionamiento, para mejorar su funcionamiento y cambiar nuestro sistema de creencias o ideas de nuestro día a día.