Corría 1982, cuando el guitarrista Paul Waaktaar y el tecladista Magne Furuholmen integraban Bridges, un cuarteto de rock progresivo que cultivaba éxitos en Oslo, Noruega. El grupo había editado ya un disco y estaba a punto de publicar otro, cuando ambos músicos decidieron dejar la banda y comenzar a explorar otros estilos. Eran los años del new wave y el synth pop, hacia los cuales Waaktaar y Furuholmen quisieron saltar.
En paralelo, Morten Harket, un joven cantante veinteañero, recorría los escenarios de la capital de Noruega junto a Soldier Blue, la banda que integraba. Luego del final de Bridges, el guitarrista y el tecladista se pusieron en contacto con él para hacerle una oferta: formar parte de un nuevo grupo. Convencerlo les tomó seis meses y el acuerdo recién se concretó para el cumpleaños de Harket.
Encerrados en una cabaña a las afueras de Oslo, Harket dio con el nombre del grupo: A-ha. Luego, comenzó el proceso para componer sus primeras canciones. La primera en surgir fue Take on me. Esto, porque Magne Furuholmen había escrito ya la introducción cuando tenía 15 años y la había probado con Paul Waaktaar. Sin embargo, no terminaba de convencerles porque la melodía les recordaba las publicidades de bebidas y tenía un sonido más bien desprolijo. Así que decidieron guardarla para más adelante.
Pero una tarde, Magne decidió desempolvar la introducción que había compuesto años atrás y empezar a tocarla en el piano. Todo, mientras Paul probaba los acordes en una guitarra. En ese momento, Morten se dio cuenta de que la melodía tenía potencial y propuso crear una nueva canción a partir de esa base, que llamaron primero Lesson one.
Al salir de la cabaña, cuando tenían más canciones, probaron suerte en Londres, donde el new wave estaba de moda, pero no les fue bien. Un año después, volvieron a intentarlo y, a fines de 1983, un productor arregló un contrato con Warner Music, mientras trabajaban en componer más temas. En paralelo, el guitarrista Paul Waaktaar se propuso corregir la letra de Lesson one y agregar a la melodía un estribillo ascendente inspirado en una obra de Strauss.
“Comenzó llamándose Lesson One, luego le cambiamos el nombre a All’s Well That Ends Well and Moves With the Sun. Un título breve y muy pegadizo”, contó Furuholmen a Rolling Stone en 2010.
La canción se lanzó en octubre de 1984 y vendió 300 copias en Reino Unido y luego A-ha probó con una segunda versión. Pero también fracasó. Todo, hasta que el ejecutivo de Warner Andrew Wickham dio con Take on me y decidió jugársela por hacerla surgir desde Estados Unidos.
Su ayuda implicó cambios en el sonido, la imagen y la estética del tema, y una vuelta a los estudios a cargo del productor Alan Tarney, que creó un nuevo arreglo. Take on me salió también en Estados Unidos, con un video, pero nuevamente no le fue bien.
Pero, gracias a la ayuda del ejecutivo Jeff Ayeroff, la historia empezó a cambiar. Ayeroff, quien por ese entonces trabajaba en Warner, convocó a directores y animadores para cambiar el clip original de la canción. Esto, luego de mostrarles una foto de Morten. Les pasó dinero y se pusieron manos a la obra.
Por casi cuatro meses, un equipo trabajó dibujando a mano las viñetas que fueron la base del video y otro grupo grabó la parte humana en un estudio y un bar londinense. La trama del clip no era particularmente novedosa, pero su lado fuerte fue su animación, que hizo rápidamente conocida a la primera canción de A-ha.
Take on me tuvo seis premios en la edición de 1986 de los MTV Video Music Awards y llegó a ser número uno en 27 países. Además, se escuchaba en bares, discotecas y pubs de todo el mundo. Esto marcó para siempre la carrera del trío noruego. “No esperábamos convertirnos en ídolos adolescentes. Por eso no quisimos grabar otro Take on me“, recordó Magne sobre el hit que comenzó a componer a los 15 y terminó por hacerlos famosos.