El sexo ayuda a regenerar las neuronas.
A las neuronas hay que regarlas, como a las plantas, para que no se marchiten, pero si hasta hace poco aprender chino o jugar al sudoku eran algunos de los ejercicios más recomendados para mantenerlas activas pasada cierta edad, la ciencia vino a demostrar hace ya unos años que aunque el cableado mental se desgaste, […]
A las neuronas hay que regarlas, como a las plantas, para que no se marchiten, pero si hasta hace poco aprender chino o jugar al sudoku eran algunos de los ejercicios más recomendados para mantenerlas activas pasada cierta edad, la ciencia vino a demostrar hace ya unos años que aunque el cableado mental se desgaste, el cuerpo está capacitado para fabricar un kit de repuesto. Las investigaciones sugieren que estas delicadas células se pueden regenerar hasta el último minuto de nuestra vida, y en cualquier etapa, siempre que el individuo mantenga hábitos saludables. La noticia es que el sexo es uno de esos cinco hábitos recomendados para no envejecer antes de tiempo.
Según Sandrine Thuret, neurocientífica y de las más destacadas estudiosas de la neurogénesis adulta, el hipocampo continúa generando neuronas fundamentales para los procesos de aprendizaje y memoria durante toda la vida, y en esa tarea el sexo tiene un papel fundamental. Su teoría se aproxima a un estudio oportunamente publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos, en el que se afirmaba que esta parte del cerebro produce neuronas nuevas cuando el cuerpo queda expuesto a la práctica de sexo en forma continuada, porque mejora la función cognitiva. Continuada no quiere decir «desenfrenada», sino frecuente, se aclara.
La fórmula del antiaging se completaría con el ejercicio aeróbico (30 minutos diarios como mínimo y cinco veces por semana) y una dieta mediterránea (menos lácteos, carnes rojas, sal y azúcar refinada) rica en flavonoides ya que propician la regeneración (té verde, uvas y todos los demás alimentos con propiedades antioxidantes), además de sostener un ritmo de vida sin estrés ni ansiedades. Esto último suena imposible, sin embargo es clave para no acelerar el declive fisico. En ese caso, según un estudio de la Universidad de Oregon, la meditación estimularía la creación de neuronas en la vida adulta , por lo que así adquiere cierto sentido aquello de que las emociones negativas nos enferman.
Faltaría nomás saber cuántas veces a la semana habría que relacionarse para mantener «operativa» la fábrica.