No hemos visto nada así en, al menos, 1500 años. Estas son las conclusiones del último informe sobre la evolución del hielo marino en el océano Ártico de la NOAA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU. Y por si había dudas, no, no es bueno.
“El Ártico atraviesa una transición sin precedentes en la historia de la humanidad”, explicó en la presentación Jeremy Mathis, director del programa de investigación Ártica de la Agencia. “Las observaciones de este año confirman que el Ártico no muestra señales de recuperación”.
Una caída sin precedentes cercanos
La extensión del hielo se ha ido monitorizando vía satélite desde la década de 1970, pero gracias a nuevas técnicas y modelos retrospectivos (basados en el análisis del permafrost, los anillos de los árboles, dirios de bitácora y cuadernos de navegación, etc…) se puede estimar la extensión del hielo marino en los últimos 1500 años. La mejor forma de ver la tendencia es con este gráfico que ha preparado Vox sobre los datos del informe.
Pero tenemos muchos más sobre la estacionalidad del hielo, su edad y su grosor.
Efectivamente, estamos ante “la mayor disminución de hielo marino y la mayor tasa sostenida de declive en el último milenio y medio”, explicó Emily Osborne, la responsable de la NOAA que recopiló los datos. El tercer año consecutivo en el que se baten todos los récords.
Aunque el derretimiento de los niveles de hielo en el mar no aumentan su nivel, hay muchos motivos por los que el agua norteña está mejor congelada. En primer lugar, los ecosistemas del Ártico dependen de forma vital de ese proceso de congelación y congelación anual que se vivía allá arriba. El famoso oso moribundo de National Geographic probablemente no murió de hambre, pero la ausencia de hielo es una de las grandes causas de las numerosas especies diezmadas en la última década.
También, como explicábamos en otras ocasiones, el hielo ártico es nuestro particular aire acondicionado global: tiene un efecto regulador de la temperatura al reflejar buena parte de la luz del sol que recibe. Sin hielo, la Tierra en su conjunto se calienta más.
Hay muchas razones en realidad (la dismución del hielo terrestre, la contaminación por barcos de un mar antes intransitable, etc…), pero sin lugar a dudas el mayor problema es que la tendencia no cambia y no parece que vayamos a poder invertirla. Si estas cifras se mantienen, el norte se convertirá en un lugar mucho menos frío. Lamentablemente.