Debido al éxito se realizará una nueva función de la 9na Sinfonía de Beethoven

Luego del rotundo éxito en la entrega de invitaciones al acabarse en solo horas, habrá una nueva función de la Novena Sinfonía de Beethoven, que se enmarca en el Sexto Concierto Oficial de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta (OSA).

Una gran presentación que se realizará de forma extraordinaria el jueves 29 de agosto a las 20:30 horas en el Teatro Municipal donde se repartirán invitaciones gratuitas desde las 8:30 horas y hasta agotar stock, siendo dirigido por el aplaudido director argentino Jorge Lhez.

Para Erik Portilla, Secretario General Ejecutivo de la Corporación Cultural de Antofagasta, esta nueva función “obedece al éxito del retiro de invitaciones gratuitas que fueron retiradas en menos de tres horas. Agradecemos el esfuerzo de nuestros músicos y equipos técnicos para poder reaccionar y ofrecer un concierto sublime para todos los antofagastinos que sin duda será inolvidable”.

Invitados

Esta presentación tendrá a cuatro importantes cantantes líricos del país como son Jéssica Poblete (soprano), María Luisa Merino (mezzosoprano), Daniel Farías (tenor) y Jaime Mondaca (bajo), todos ellos acompañados por la Unión Coral de Antofagasta, Renassentia Vocale (Antofagasta) y Calambanda (Calama).

Declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, la obra del genio alemán es un llamado a la hermandad entre los seres humanos, corporizado en su grandioso final, donde el coro entona el “Himno a la Alegría”, sobre los versos de Schiller.

Recordemos que esta presentación se suma a la del viernes 30 de agosto que tendrá un recinto lleno de público, gracias al éxito en el retiro de las entradas.

Una propuesta que se enmarca en la Temporada 2019 y que es presentada por Escondida / BHP y la CCA, siendo acogido a la Ley de Donaciones Culturales.

Universal

Una obra sublime, donde hay drama, contraste y un poderoso clímax final, es el gran llamado de Beethoven a dejar de lado las barreras que separan a los seres humanos en una melodía inmortal.

El punto de quiebre que decantó con esta obra fue la inclusión de voces en un género que es propiamente instrumental como es la sinfonía.

El origen de esto radica es que Beethoven en 1822 empezó a trabajar en dos proyectos, una sinfonía en Re menor y lo que sería un anhelo de toda la vida para él: musicalizar el poema “Oda a la Alegría” del vate alemán Friedrich Schiller. En un momento, decidió unir ambas ideas, con el uso de la “Oda” como punto climática y final de la sinfonía.