«El acuerdo tributario no va a ser suficiente frente a la desigualdad de capital que tenemos en Chile, que es un problema estructural para la sostenibilidad de la democracia a futuro». La frase anterior es probablemente la que mejor resume el diagnóstico que hace Jeannette von Wolfersdorff respecto a la situación a la que se enfrenta el país. Análisis que, en medio de la crisis social, la llevó a revelar una propuesta que está trabajando desde hace un tiempo y que tiene por objetivo «predistribuir el capital» de los más ricos. Es que para la alemana que lleva 17 años viviendo en Chile, la tecla que hay que tocar en el sistema es la de la estructura de poder, y la pregunta que se debe responder es la de cómo repartir ese poder de una forma más equitativa y sostenible. Así lo expuso en entrevista con El Mercurio este domingo, a un día de dejar su puesto como primera y única mujer en el directorio de la Bolsa de Comercio de Santiago.
Sin embargo no es la primera vez que Von Wolfersdorff aborda su inédita propuesta. De hecho, durante los primeros días de noviembre y a dos semanas del estallido social, la economista ya hablaba abiertamente de su idea: que ciudadanos chilenos con alto patrimonio entreguen parte de su capital a una especie de fondo público -endowment- donde grupos vulnerables de la sociedad se verían beneficiados al recibir dividendos de las acciones regaladas. En conversación con Emol, la también directora ejecutiva de Observatorio Fiscal explicó que la propuesta está inspirada en la campaña filantrópica The Giving Pledge impulsada en 2010 por los multimillonarios estadounidenses Warren Buffett y Bill Gates. El compromiso consiste en ceder al menos el 50% de sus fortunas a fines benéficos. Para el caso chileno, Von Wolfersdorff propone que «una empresa entregue un 10, 20 o 25% de sus acciones a un fondo que no puede ser privado, porque esto no sería filantropía. Ese fondo tiene que ser un fondo público que funcione bajo la lógica de que las personas beneficiadas irán recibiendo los dividendos de las acciones que están en el fondo a lo largo del tiempo». O sea, esa distribución de capital iría de la mano con el rendimiento de las acciones donadas, por lo que la entrega de dividendos a las personas del fondo evitaría que la desigualdad aumente aún más. Por ello, el concepto acuñado por la economista para esta iniciativa es el de «pre-distribución». Todo, según la economista, en un contexto global donde la cuarta revolución industrial hará que el trabajo valga cada vez menos y, paralelamente, el capital valga más.
En simple: «Esto es que los que más patrimonio tienen regalen un porcentaje de sus acciones, un 20% por ejemplo. Pero las acciones las regalas no para que el otro -el fondo público- pueda venderlas y así pagar la reconstrucción de Chile, sino que para que el fondo reciba los dividendos y los aumentos de valor de esos activos para luego ser distribuidos continuamente». Así, el también llamado endowment -fondo con estructura financiera pensada para generar beneficios sostenibles multigeneracionales-«cumple la funcionalidad de ser un impuesto al patrimonio muy alto que se paga una sola vez y que permite transitar hacia un modelo de capitalismo mucho más equitativo, porque si el capital aumenta, si a tu empresa le va bien, al fondo y a las personas que se benefician de él también les irá bien», explica la economista. El pacto con los empresarios y la estructura del fondo Von Wolfersdorff, directora ejecutiva de Observatorio Fiscal, recalca que para poder lograr algo así es necesario un pacto con el sector empresarial. Lo anterior, porque si un modelo como el que propone es aplicado «a la fuerza», entonces los empresarios se irían de Chile. «Aquí hay que entender que donar parte de su capital, aunque sea el 5%, no va a cambiar sus estilo de vida ni su poder. Esto se trata de aportar al fondo y de que los grandes empresarios hagan un gesto hacia la sociedad. De hecho, con algo así sostendrían su poder de mucho mejor forma que aferrándose al 100%, porque estarían más legitimados por la sociedad», asegura.
Y profundiza: «Cuando una empresa no soluciona problemas de la sociedad, sólo exporta, además automatiza su trabajo y también contamina, entonces no tiene ningún valor para la sociedad. La única manera de equilibrar estos intereses es que la sociedad también participe en el capital de la empresa, aunque la empresa no haga un servicio para Chile». – ¿Cuánto deberían aportar las personas más ricas a este fondo? «Yo sólo he hecho el cálculo con los valores del capital de los 11 más millonarios de Chile pre crisis. Entre ellos, según datos de Forbes, su patrimonio antes del 18 de octubre era de US$37 mil millones. Si aportaran el 25% de estos valores, serían US$9,3 mil millones para el fondo público, con un dividend yield (rentabilidad por dividendo) de 2,77, que es acorde al dividend yield de S&P a cinco años para Chile. Con eso, tendrías ganancias de US$260 millones anuales». «Eso sólo con 11 personas y no quiero estigmatizarlas, pero si hay voluntad y juntamos a 100, 500, 1.000 personas, yo creo que podríamos conseguir un financiamiento mucho más alto para poder salir de la crisis y además hacemos partícipes a las personas en el interés de que a la empresa le vaya bien».
¿Cómo estaría estructurado el endowment? «A la cabeza debería tener un gobierno corporativo, pero como no hay endowment en Chile, hay que encontrar una fórmula para crear su estructura sin la necesidad de hacer una nueva ley, de hecho la legislación en Chile lo permite y he estado analizándolo con economistas y expertos tributarios. Pero si hay voluntad, esto podría implementarse sin mayor problema». – ¿Una vez que la persona haga su traspaso al fondo, puede intervenir? «No, una vez que el empresario entregue sus acciones, es como si hubiese vendido a valor $0 una parte de su capital. Así, en su directorio tendrá un representante de este paquete que entregó y cuando haya aumento de capital, por ejemplo, debería haber un reglamento igual como es para cualquier empresa listada en la Bolsa». – ¿A quiénes y cómo se traspasarían los dividendos de las acciones del fondo? «Los beneficiarios habría que determinarlos, todo conversado con los empresarios también. Pero podrían ser jóvenes, madres solteras, adultos mayores, personas de un grupo vulnerable de la sociedad. Creo que por la situación país, lo más urgente es que vayan a transferencias, que la gente reciba dividendos sin pasar por la burocracia ni programas gubernamentales. Darles dividendos como si fueran accionistas y quizás la mitad de lo que reciban o 2/3 pueden ser transferencias directas y 1/3 podría ser destinado a inversión en un Centro de Complejidad Económica y en competitividad frente a la cuarta revolución industrial».
– ¿Dónde más existe un fondo público como el que usted propone? «El endowment como Giving Pledge existe muy profundo en Estados Unidos, pero como fondo público no existe todavía en el mundo. Es muy innovador y de verdad espero que no lo descartemos sólo porque no ha sido creado, no esperemos a que otro país lo haga. Lo que sí es cierto es que ningún sistema tributario jamás ha podido ir en contra de la desigualdad de capital y la desigualdad de capital permea y cambia toda la estructura de poder en la sociedad, le hace mal». «Dejemos de probar cosas, esto de más impuestos aquí y más impuestos allá y hacer que todo esté sujeto a la acrobacia tributaria de los asesores tributarios. Dejemos de jugar en la arena chica y pensemos, por favor, a nivel estratégico qué hacer. Esta de aquí me parece una fórmula extremadamente interesante y dado que los Giving Pledge ya funcionan en EE.UU. a nivel privado, esto sería como lo mismo pero a nivel público». El análisis de los expertos Ante la propuesta de predistribución de Von Wolfersdorff, el director del Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad de Chile, Gonzalo Polanco, dice que no es una iniciativa «loca de pensar, en absoluto». Y si bien coincide con que requiere de un amplio consenso, opina que «en este momento, debido a la crisis, pueden existir mejores voluntades para abordar algo así». «La única preocupación que tengo respecto de este tipo de mecanismos, es que tiene un problema que es bastante similar a lo que sucede en los fondos de pensiones y es que las acciones son instrumentos de renta variable, en consecuencia, tú dejas supeditada la satisfacción de ciertas necesidades sociales a los vaivenes de la Bolsa».
Por ello, Polanco asegura que «perfectamente se podría dejar en instrumentos de renta fija, pero claro, eso te daría menos rentabilidad, pero más certeza», Por otro lado, el experto tributario hace hincapié en que habría que ver quién paga el impuesto de los dividendos. «Imaginémonos que soy el hombre más rico de Chile y soy titular de acciones que regalo, pero ¿quién se hace cargo del impuesto de los dividendos de esas acciones? Ahí habría que ver si se establece un tratamiento preferencial para los dividendos de esas acciones del fondo de modo que no generen impuestos o va a haber que ver quién lo asume. No sería razonable que tuviera que pagarlo la gente a la que quieren beneficiar», dice. Por su parte, Ignacio Gepp, director de Puente Sur Tax, opina que es un mecanismo «osado, pero que vale la pena analizarlo». «Si uno mira el fondo de la idea parece sensata. Hacer a todos los chilenos partícipes indirectos de las empresas en el país, de forma que estemos todos en el mismo bote (algo que quizás ya hacen las AFP pero que ciertamente no se percibe). Hay un elemento redistributivo bastante potente en esta iniciativa».
Así, agrega que «la propuesta es interesante como respuesta a la petición de un impuesto al patrimonio, porque su estructura permitiría eliminar el problema de valorar el patrimonio sobre el que aplica el impuesto (al gravarlo una sola vez) y porque no genera directamente problemas de liquidez (ya que el impuesto se paga con acciones, y no con dinero)». De todas formas, y ante la ausencia de una propuesta formal, Gepp subraya que quedan grandes dudas por resolver: «¿Cómo se admnistrará el fondo? ¿se mantendrá congelado y sólo se dedicará a crecer? ¿se reinvertirá algo? ¿cómo se logrará que sea apropiadamente gestionado y no se convierta en otro ejemplo de mala gestión?», son algunas de las dudas que manifiesta ante la innovadora idea de la ex directora de la Bolsa y que, de llevarse a cabo, Chile se convertiría en el primer país en contar con un fondo de ese tipo.
Fuente: Emol.com – https://www.emol.com/noticias/Economia/2019/11/26/968359/Capitalismo-equitativo-riqueza-Jeannete-Wolfersdorff.html