La tercera parte de “El Conjuro”, saga central del conocido “Warren Universe”, nos presenta la dramatización de un caso real de 1981, atendido por el matrimonio conformado por Ed y Lorraine. Se trata del asesinato cometido por un joven llamado Arne Cheyenne Johnson, en un pequeño poblado, quien alega ante sus abogados y el tribunal que mató a su casero, Alan Bono, de 22 puñaladas, porque estaba poseído por fuerzas diabólicas.
La participación de los Warren en la historia comienza antes del crimen, el hermano pequeño de la novia de Arne, David, se estaba comportando extraño, los padres creían que estaba poseído, entonces llamaron al matrimonio, quienes sacaron al espíritu maligno del cuerpo, pero en realidad, sólo fue traspasado al joven Johnson, quien de a poco sufre alucinaciones, cambios de humor, hasta llegar al crimen.
A pesar de que la trama tiene que ver con pactos diabólicos, con fuerzas que ponen realmente en jaque las capacidades espirituales y de salud de los Warren, esta resulta ser algo floja en lo que se refiere a materia de sustos, comparando con las entregas anteriores. Además, no presenta grandes novedades, y ya el exceso de contorsiones al mostrar un cuerpo poseído se vuelve un tanto agotador.
“El conjuro: El diablo me obligó a hacerlo” de todas maneras cumple, mantiene pendiente, entretiene, pero se aleja de la calidad de la primera, aunque es mejor que varias otras películas de este universo de terror. Quizás la falta de James Wan en la dirección, que sólo funge como productor esta vez, es notoria, más cuando deja liderando a Michael Chaves, quien estuvo a cargo de “La llorona” en 2019, un filme de terror bastante flojo.
Las actuaciones y química entre Vera Farmiga y Patrick Wilson siempre es un plus para la saga; la ambientación y créditos de época, que recuerdan a clásicos del terror de los 70 y 80, también.
En Chile estará disponible en HBO Max cuando esta plataforma llegue al país el 29 de este mes. En cines, de momento, esperan estrenar en salas presenciales, pero debido a la situación sanitaria no se sabe que tan pronto sea.