Un menor de edad o adolescente con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que ingresa a un servicio de urgencia de un hospital requiere de atención especial. Pese a la obviedad de esta frase, hasta ahora no existía un protocolo o documento guía para los profesionales de la salud de Antofagasta que les permitiera enfrentar de mejor forma este desafío en materia de inclusión.
La buena noticia es que actualmente existe un documento en formato digital e impreso. Su nombre es “Manual de buenas prácticas clínicas y protocolo de selector de demanda para usuarios de espectro autista", cuya autora es la enfermera clínica, Vannia Freire Ruíz.
Esta guía fue presentada oficialmente en el Hospital Regional de Antofagasta, recinto hospitalario en el que ya está operando este protocolo. Previo a ello, los funcionarios de urgencias pasaron por una capacitación, basada en el citado documento.
En la confección de este documento y su progresiva implementación hay varias instituciones involucradas: el Servicio Nacional de la Discapacidad, la Fundación Yo soy Autismo, el Servicio de Salud de Antofagasta, el Gobierno Regional y el Consejo Regional (CORE), estos dos últimos claves en el otorgamientos de recursos económicos.
Ximena Arancibia, directora de Senadis y el seremi de Desarrollo Social, Patricio Martínez, coincidieron en que aspectos tan pequeños como la reducción del tiempo de espera y la forma de dirigirse a un usuario con Tea y su familia, es un gran paso en la inclusión que sus respectivos organismos promueven y buscan.
El director regional (s) del Servicio de Salud, Enrique Bastías, resaltó que esta iniciativa cobra mayor relevancia al revisar que los diagnósticos de autismo son cada vez más recurrentes en el norte del país. De esta forma, manifestó que el Hospital Regional sigue liderando en la atención a pequeños y pequeñas, con un personal de urgencia capacitado.
El director (s) del Hospital Regional de Antofagasta, Carlo Ascencio, manifestó que no es casualidad que los primeros capacitados sean personal de urgencia. Pues por lo general, son el primer contacto cuando un usuario tiene una necesidad imperiosa de ayuda.
Vannia Freire, la enfermera creadora del protocolo, explicó que es un libro de buenas prácticas clínicas, que va más allá de la teoría del criterio de diagnóstico y entrega formas prácticas de cómo proceder en una situación de urgencia. “Acerca al profesional clínico a la familia, para manejar la situación, como compensar sensorialmente a un niño que se encuentra en una crisis, que está descompensado y atender el problema de salud por el cual está pasando”.
Este documento tiene un apoyo visual importante, imágenes color, no sólo en papel sino también un código QR para la familia y los funcionarios, resaltó Freire.
Finalmente, Charlinne Kass, jefa del Departamento de Gestión Red de Urgencia y Paciente Crítico del Servicio de Salud, explicó que la idea surgió por una buena práctica en la Urgencia del Hospital Militar. Allí es donde vieron que la atención preferencial y diferente a un niño Tea, producía muchos beneficios para el paciente y sus padres. El objetivo es que este modelo se replique en toda la red de atención de la Región de Antofagasta.