9 de octubre de 2019

¿Cómo influye el estrés en la alimentación ?

El estrés y los problemas en la alimentación van de la mano y es un trastorno que afecta a toda la población mundial, ya que cada día la dinámica laboral es más exigente y demanda personas capacitadas para tolerar la frustración y lidiar con el trabajo bajo presión, con los costos físicos y emocionales que […]

El estrés y los problemas en la alimentación van de la mano y es un trastorno que afecta a toda la población mundial, ya que cada día la dinámica laboral es más exigente y demanda personas capacitadas para tolerar la frustración y lidiar con el trabajo bajo presión, con los costos físicos y emocionales que esto conlleva.
Ante dicha acumulación de tensión física y psicológica, nuestro cuerpo responde desencadenando una serie de cambios tanto físicos como fisiológicos, en un proceso donde se ven comprometidos casi todos los órganos de nuestro cuerpo y que se caracteriza por una actividad excesiva del sistema nervioso y la segregación de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que facilitan la aparición de enfermedades como la hipertensión y diabetes, o aumentan la probabilidad de desarrollar hábitos alimenticios poco saludables, como el comer de forma compulsiva alimentos con alto contenido de grasas, azúcares, sal y calorías.
Estos son los errores más frecuentes que las personas cometen en su alimentación diaria y que puedes prevenir, para mantener un adecuado estado de salud y evitar factores de riesgo que te lleven a enfermedades crónicas y desequilibrios hormonales.

Recomendaciones saludables
Para comer de forma saludable procura, evitar los snacks que pueden ser altos en calorías, como también las comidas con alto contenido en grasas, azúcares y sal, prefiriendo las frutas, verduras, granos integrales, lácteos libres de grasas y carnes magras. De esta forma, le darás energía a tu cuerpo sin exponerlo a riesgos.
Antojos de comida
Comer cuando no tienes hambre pero deseas algún snack o comida extra y no logras controlar tu ansiedad, te llevará a consumir frecuentemente más calorías que las necesarias para tu cuerpo y con ello subirás de peso. En una primera instancia, frente a un “antojo de comida”, lo ideal es tratar de hidratarse (líquido bajo en calorías) como un intento inicial de desviar el pensamiento en ese alimento no saludable que tienes en mente, y posteriormente ingerir lo que corresponde a tu alimentación con opciones saludables como fruta, lácteos y verduras.
Saltarse comidas importantes durante el día
A veces, cuando no tienes tiempo o bajo situaciones de estrés, te saltas el desayuno o el almuerzo (ayuno prolongado), y más tarde, tratas de compensar la falta de alimentos con una cena muy abundante. Evita hacerlo, ya que no solo comerás más de lo que tu cuerpo requiere durante el día, sino que tu estómago sigue secretando jugos gástricos para digerir lo que comes en los horarios regulares en que te alimentas, y éstos podrían causarte malestares como acidez, reflujo, gastritis e incluso inflamaciones intestinales.
La hidratación correcta
Nuestro cuerpo requiere de, al menos, dos litros de agua al día, lo que equivale al menos a 8 vasos de agua al día. Si te cuesta mantener la cuenta de cuántos vasos de agua has consumido durante una mañana o tarde, puedes crear alertas en tu celular para acordarte de beberlos. Y no te olvides que es muy importante que la hidratación que se consuma sea libre de calorías.
Consumo de alcohol
Otro factor importante, es el consumo elevado de alcohol que algunas personas utilizan para evadir el estrés o problemas de la vida diaria. Esta sustancia no es libre de calorías, al contrario, ayuda a engordar fácilmente pero además, puede ser detonador de otras patologías.
Falta de ejercicio
Hacer deporte o al menos cuatro horas de ejercicio por semana te ayudará a liberar estrés, mantener tu cuerpo en forma y prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas causadas por el sedentarismo y el consumo excesivo de alimentos azucarados y altos en grasas.
Ten en cuenta estos malos hábitos, corrígelos y notarás la diferencia en tu estado general de salud, disminuyendo tus niveles de estrés y ayudándote a mantener un estilo de vida más saludable.