Se denomina bebida energética al producto artificial que está compuesto por múltiples sustancias estimulantes que generan en el consumidor un “efecto energético” y por lo tanto una “regeneración” ante la fatiga y cansancio.
Las consumen principalmente los jóvenes.
Estas bebidas no contienen por sí solas sustancias que proporcionen un verdadero contenido energético sino que, al ser una serie de sustancias combinadas, provocan una hiperestimulación del sistema nervioso, provocando signos como alerta, excitación, insomnio, ansiedad, entre otros.
Las consumen principalmente los jóvenes y en muchas ocasiones se ingieren en combinación con alcohol, lo que puede poner en peligro la salud. Cuando se mezclan, se pueden presentar síntomas en el organismo como elevación de la presión arterial, arritmias cardiacas y si existe un consumo excesivo se pueden llegar a presentar convulsiones, infartos y accidentes cerebrovasculares.
Si bien, el consumo esporádico de una sola lata de bebida energética no representa un problema mayor a la salud, es importante considerar sus riesgos sobre todo cuando se mezclan con alcohol.