Los voraces incendios que asolan Australia siguen arrojando noticias fatídicas por su crudeza y el terror que provocan. Cada primavera el país sufre importantes incendios que consumen parte de su flora y fauna, sin embargo, las consecuencias del calentamiento global han provocado que este año las llamas aparezcan antes y más violentas que antaño.
Hasta ahora, la catástrofe se puede resumir en una serie de datos terroríficos: El fuego ha consumido unos 110.000 kilómetros cuadrados del país y más de 2.000 casas quedaron reducidas a cenizas. El humo de los incendios ha viajado más de 13.000 kilómetros, llegando a ser perceptible en diversos puntos de Chile, por ejemplo.
Australia sigue en llamas, y en este contexto hacer un balance del impacto de la oleada de incendios es tremendamente peligroso. Sin embargo, un equipo científico de la Universidad de Sidney se ha encomendado esta misión considerando que la gravedad de la situación amerita proporcionar datos al respecto.
El pasado 3 de enero Chris Dickman, profesor que lidera al equipo científico a cargo, difundió una primera estimación indicando que, solo en el estado de Nueva Gales del Sur y contando únicamente a los grupos de animales mamíferos, aves y reptiles, en los tres últimos meses han muerto unos 480 millones de animales.
En la última actualización publicada, la Universidad señala la gravedad de la situación: “Ahora que los incendios continúan y amplían su alcance, ha actualizado esa cifra, poniendo el impacto a nivel nacional, en más de mil millones de animales”.
“El profesor Chris Dickman ha revisado su estimación sobre el número de animales muertos en los incendios forestales en Nueva Gales del Sur elevando la cifra hasta más de 800 millones de ejemplare muertos, con un impacto a escala de toda Australia que se situaría en más de 1.000 millones de animales muertos”.
Para el profesor “no hay nada que se pueda comparar con la devastación que está ocurriendo en un área tan grande tan rápidamente. Es un evento monstruoso en términos de geografía y la cantidad de animales individuales afectados”.
”Sabemos que la biodiversidad australiana ha disminuido en las últimas décadas, y probablemente se sabe que Australia tiene la tasa de extinción más alta del mundo para los mamíferos. Son eventos como este los que pueden acelerar el proceso de extinción para una variedad de otras especies. Es un momento muy triste”, explicó Dickman.
Cálculos estimados y cómo se han realizado
Stuart Blanch, científico ambiental del World Wildlife Fund Australia, confirmó las estimaciones compartidas por la Universidad de Sidney señalando que, dada la magnitud de la catástrofe, la cifra puede resultar modesta pues aún hay que sumar murciélagos, ranas o invertebrados.
Las cifras mencionadas por Dickman se basan precisamente en un informe de 2007 realizado para World Wildlife Fund sobre los impactos de la deforestación en la vida silvestre en Nueva Gales del Sur.
La estimación se llevó a cabo usando una metodología desarrollada ese estudio, donde se descubrió que por cada 647.000 hectáreas (o 6.470 kilómetros cuadrados) de tierra afectada en Australia, 104 millones de animales perecerían.
Australia, hogar de especies únicas
Australia es conocida por su inmensa variedad de fauna autóctona, como es el caso de los canguros, dingos o koalas, contando con unas 300 especies nativas. Sin embargo, toda esta vida y diversidad está siendo gravemente amenazada, corriendo un peligro de extinción real.
“Lo que es espantoso es que unas 34 especies de mamíferos nativos de Australia se han extinguido en los últimos 200 años con la colonización. Es la tasa de pérdida más alta de cualquier región del mundo”.
“Con la aceleración del cambio climático, tendremos períodos de sequía más largos y los incendios serán más severos en el futuro”, reflexionó el profesor Dickman.
Cabe destacar que especies en peligro de extinción, como la rana corroboree del sur, la cacatúa negra brillante, el oposum pigmeo de montaña, el quoll de cola manchada y el potoroo de pata larga, podrían ser aniquilados y se enfrentan a riesgos reales de desaparecer en grandes partes de su área de distribución.
Por su parte, dos especies insignia de la fauna australiana como el koala y el muerciélago, han visto mermada su población en un 30%. Daniella Teixeira, investigadora de la Universidad de Queensland, señaló que la destrucción de las áreas clave de alimentación y reproducción están contribuyendo dramáticamente en la aniquilación de estas especies.
La fragmentación del hábitat, el agotamiento del agua, la deforestación y el aumento de incendios está modificando la composición de la vegetación. Esto significa que los bosques tendrán más dificultades para recuperarse, al igual que los animales que dependen de ellos para su sustento y protección. En esta línea, el informe de la Universidad que hasta un millón de animales silvestres están en riesgo vital.
Cambio climático
Para el profesor Dickman, la violencia de los incendios guarda una relación directa con el cambio climático.
“Lo que estamos viendo son los efectos del cambio climático. A veces, se dice que Australia es el canario en la mina de carbón (expresión usada como señal de alarma) con los efectos del cambio climático que se ven aquí de manera más severa y temprana”.
“Creo que existe una sensación entre los ecólogos y científicos especializados en medio ambiente en general en Australia de que nos hemos quedado fuera del debate, que todo el debate sobre cambio climático se centra en la política. Pero creo que es hora de que los científicos vuelvan al primer plano para que todos nos demos cuenta de lo que probablemente sucederá en las próximas décadas y pensar cómo podemos mantener a la comunidad humana en buena salud y la mayor biodiversidad que se pueda retener bajo esta situación en evolución”.
Doble peligro para los animales
El profesor señala que muchos de los animales que se salvan de las llamas acaban muriendo por la pérdida de su hábitat y fuentes de alimentación.
Los animales que logran escapar de las llamas deben introducirse en nuevas áreas en las que no cuentan con los recursos naturales y donde pueden convertirse en presa de nuevos depredadores como gatos salvajes o zorros rojos.
¿Y después de la oleada de incendios?
El 2019 ha sido el año más seco y caluroso desde que se iniciaron las mediciones. Un índice cuya tendencia señala que continuará en aumento con temperaturas medias cada vez más altas.
El futuro para el país oceánico es incierto. El elevado número de pérdidas en materia de flora y fauna supone un duro golpe para la vida silvestre australiana y para la biodiversidad mundial. Debido al aislamiento del país, multitud de especies se encuentran solo en ese territorio y, por tanto, amenazadas.
Los ecosistemas australianos están experimentando un desequilibrio difícil de recomponer. La pérdida de fauna nativa, vegetación y el desajuste de multitud de especies con sus hábitats generan un impacto enormemente destructivo sobre la naturaleza local que requerirá de un gran esfuerzo político y social.