Minera Escondida finalmente retiró la solicitud de extender el uso de agua fresca de las cuencas de Monturaqui, la empresa buscaba mantener el permiso hasta el año 2030 luego de que finalizara en diciembre del 2019. Expertos valoraron la decisión indicando que gran parte de este resultado, fue gracias a la presión de las comunidades originarias.
Cuando caducó el permiso a fines del 2019, la minera BHP ingresó una nueva solicitud que buscaba mantener estas licencias hasta el año 2030. Petición que fue retirada este martes 4 de febrero, tal como se aprecia en este correo donde se indica no proseguir con el estudio de impacto ambiental en curso, realizado por el Servicio de Evaluación Ambiental.
Luego mediante un comunicado público la minera daba a conocer la decisión.
La decisión de la minera que captaba casi 1400 litros de agua por segundo, generó diversas reacciones en los expertos, quienes valoraron esta medida pero se mantienen críticos al respecto. Felipe Lerzundi, exseremi y asesor ambiental, expresó que «la demanda superaba seis veces la oferta en el acuífero, es decir aquí hay agua comprometida para extraerse en el subsistema que es conocida como C2 al sur del Salar de Atacama tiene seis veces comprometida la oferta de agua por encima de la demanda, y eso es relevante a la hora de definir una discontinuidad de la extracción por parte de Minera Escondida «.
Lerzundi manifestó que esto también fue producto de la presión de las comunidades junto al nuevo estándar que se logró, tras las conversaciones entre las comunidades y la minera. «Un nuevo estándar en el que el relacionamiento de las empresas del Salar de Atacama con las comunidades, que es algo que en realidad debiese haber ocurrido hace bastante rato. Y este nuevo standard en definitiva lo que te transmite es que las compañías no están dispuestas a llevar adelante operaciones sin llegar a acuerdo con las comunidades, y este es un nuevo standard que al día de hoy no existía».
El consejero y presidente de la comisión de salud del Consejo Regional, Ricardo Díaz, valoró la decisión de la empresa y agregó que aún existen proyectos que deben revisar el uso de agua. «No más uso de agua dulce para los proyectos mineros si no que implementar medidas de agua desalada, cuando hicimos esta declaración, Minera Escondida y en general las empresas mineras plantearon que era irresponsable, que iba a aumentar la cesantía, que los proyectos se iban a cerrar, pero lo que se ha visto en la realidad es que el cuidado del medio ambiente puede conciliar perfectamente el trabajo de las mineras».
Díaz detalló que «también en la misma cuenca en Monturaqui está Zaldívar, que yo entiendo están haciendo negociaciones para utilizar agua desalada de Minera Escondida y en el salar está todo el proyecto del litio. Ahí creo que hay que conversar qué es lo que vamos a hacer, porque sin duda que el litio es importante para el país como recurso económico pero también eso no puede ser a costa de secar los salares».
Por otra parte, el consejero manifestó que ahora deberán estudiar el impacto de las desaladoras en el medio ambiente. «Las desaladoras generan una salmuera que vierten al mar, hay investigaciones que dicen que el impacto es reducido en el sector donde se arroja la salmuera, pero lo que se tiene que hacer es una investigación a largo plazo que vea en el fondo si esto va afectando el ecosistema».
Medida que generó buenas impresiones entre ambientalistas aunque queda mucho por avanzar, principalmente en el uso de desaladoras y los impactos que tienen en el medio ambiente, así como desarrollar una política de diálogo permanente entre las empresas mineras y las comunidades.