Todas las personas a lo largo de nuestra vida hemos experimentado o experimentaremos situaciones difíciles que nos ponen a prueba. Pueden ser desde situaciones que se pueden sobrellevar con más o menos facilidad hasta situaciones terribles que nos cambian completamente la vida y en las que pareciera que va a ser casi prácticamente imposible que nos podamos sobreponer y mucho menos tener una actitud positiva. En este último caso, no es que pretendamos tener una actitud positiva desde el principio pero es necesario saber que todos en nuestro interior tenemos una fortaleza vital que nos hace sobreponernos a cualquier tipo de adversidad y a esta se le llama resiliencia.
Encontrar lo positivo a cada situación
Lo positivo de cada situación difícil que nos ocurre en la vida es que todas las situaciones difíciles vienen acompañadas de un buen aprendizaje. Si cada vez que nos ocurre alguna situación difícil le vemos únicamente el lado negativo que es lo mal que nos hace sentir en esos momentos o que simplemente no era algo que nosotros esperábamos, nos vamos a perder de la mejor parte de aquella experiencia y es el nuevo aprendizaje que nos ha dejado. Así que de ahora en adelante en lugar de mirar únicamente la parte que menos te agrada de una situación, has un esfuerzo por encontrarle algún significado o aprendizaje vital.
Cambiar diálogo interno
Otra barrera que nos impide poder tener una actitud positiva en momentos difíciles es cuando nos hablamos mal a nosotros mismos, incluso podemos llegar a ser sumamente crueles y no ser totalmente conscientes de ello. Por ejemplo, personas que cuando están atravesando por un momento difícil no dejan de culparse y/o criticarse a ellas mismas por lo sucedido y se tienden a decir cosas a sí mismas como: “me despidieron del trabajo porque soy un(a) inútil”, “Mi pareja me dejó porque a mi nadie me quiere”, “si hubiera hecho esto no hubiera ocurrido aquello”, etc. y no dejan de torturarse a ellas mismas como si el hecho de hacerlo fuera a cambiar la situación.
Así que lo mejor que se puede hacer es modificar todos esos pensamientos negativos e irracionales que no nos dejan seguir adelante y adoptar una actitud más positiva. Pero, ¿cómo puedes hacerlo? Cada vez que te des cuenta que empiezas a tener este tipo de pensamientos negativos, haz un alto y modifícalos por otros más racionales y positivos, para ello puedes imaginar que lo que te quieres decir a ti mismo se lo vas a decir a tu mejor amigo(a) o a una persona sumamente importante para ti.
Aceptación y no negación
Cuando nos encontramos ante un momento difícil, lo que solemos hacer la mayoría de las personas es quejarnos de aquello que nos pasó, lamentarnos e incluso llegamos a negar la realidad. Tendemos a seguir aferrándonos a aquello que teníamos y que ahora se ha ido de nuestras manos y sufrimos por ello aún sabiendo que el seguir ahí nos hace cada vez más daño.
Aceptar no significa que nos estemos resignando, sino todo lo contrario, aceptar, significa dejar de luchar contra aquello que está fuera de nuestro control y que no podemos cambiar. Aceptar es dejarnos fluir, dejar pasar aquello que por lo visto no era para nosotros, aceptar que no podemos tener el control de las situaciones ni de las demás personas.
Por ejemplo, cuando terminamos una relación de pareja, la otra persona nos ha dejado y no aceptamos que eso haya pasado, insistimos para que la otra persona cambie de opinión, la buscamos, incluso le rogamos que continúe con nosotros, nos frustramos y nos preguntamos una y otra vez: “¿cómo me pudo pasar a mi?”, “a mi nadie me deja”, “¿y si me sigue queriendo en el fondo?”, etc. Y mientras más nos resistimos nos damos cuenta de que más sufrimos.
Sin embargo cuando aceptamos que nos han dejado y dejamos de aferrarnos a la idea de retener a la otra persona, es cierto que nos va a doler por un tiempo, sin embargo, vamos a poder sentirnos mejor y superarlo finalmente.
Concéntrate en el momento presente
Esto es un hábito que debes de aprender a poner en práctica todos los días y es sumamente importante para que comiences a desarrollar una actitud positiva en momentos difíciles. Pero, ¿por qué concentrarse en el momento presente? La mayoría de las personas vivimos la vida preocupadas acerca de lo que nos va a deparar el futuro o lamentándonos por nuestro pasado y olvidamos lo más importante de estar aquí que es el vivir el día a día, momento a momento.
Esto genera que con el paso del tiempo vayamos acumulando cada vez más y más estrés, por lo que a la hora de atravesar realmente por situaciones difíciles nos sentimos bastante agotados y sin energía para lograrlo ya que la hemos gastado en vano anteriormente solo por pensar en lo que nos podría ocurrir. Sin embargo cuando aprendemos a vivir con plenitud cada instante de nuestra vida y nos olvidamos de lo que pueda o no pasar y de lo que pasó, vamos a tener la energía necesaria para afrontar cada tipo de adversidad que se nos va atravesando en el camino.