Turritopsis dohrnii: así se llama la clave para alcanzar la inmortalidad o, al menos, el secreto con el que podremos revertir el envejecimiento tal y como lo conocemos.
Estas dos palabras corresponden al nombre de una medusa muy especial, ya que es capaz de revertir su ciclo vital y regenerarse continuamente de forma indefinida. Es decir, las medusas turritopsis dohrnii no envejecen nunca porque tienen el poder de volver a su adolescencia una y otra vez hasta el infinito.
Esta especie de superpoder es el motivo por el que se las ha bautizado como "medusas inmortales" y lo que ha llamado la atención de un grupo de científicos de la española Universidad de Oviedo. A través de una investigación, han conseguido secuenciar el genoma del animal y hallar el secreto de la vida eterna.
Gracias a este estudio, los científicos han descubierto cómo la medusa, que vive en el océano Pacífico, el Caribe y el mar Mediterráneo, consigue repetir su etapa reproductiva constantemente y sin ningún tipo de límite.
La respuesta se encuentra en el mecanismo que permite a estos animales reprogramarse y convertirse en células madre con la capacidad de transformarse en nuevas células de un también organismo nuevo.
Así lo explica María Pascual, bióloga del Instituto Universitario de Oviedo y una de las autoras del estudio: “Lo que hace especial a este animal es la sinergia de todos esos cambios”.
Dichos cambios incluyen los genes asociados con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de las células madre, la reducción del ambiente celular oxidativo y la comunicación intercelular.
Con sus hallazgos, los secretos del genoma de la medusa inmortal podrían aplicarse en un futuro a enfermedades relacionadas con el envejecimiento, cardiovasculares, neurodegenerativas e incluso el cáncer. Un pasito más para lograr la ansiada eternidad.